14.11.06

Her name was Getty Images


Puta madre, hubieras visto cómo me puse cuando encontré la foto esa, o no sé si la foto fue la que me encontró a mí. Se me congeló la cara en un gesto grotesco y asqueroso, con la boca torcida y los ojos perdidos. No era para menos. Hace más de cinco años que no la veo y sigue luciendo igual de jodida, igual de triste e igual de muerta, lo que en realidad viene siendo una ganancia invaluable, nada le costaba cambiar, empeorar y terminar de verse desahuciada y maníaca, tal como estaba su interior. Pero bueno, resulta que yo estaba buscando unas fotos para un anuncio de prensa, y que de improviso me la topo, así nomás, por poco colapso al verla casi sin ropas, con ese esbozo de sonrisa sardónica y falsa y al mismo tiempo indiferente que siempre tenía en los momentos más oportunos, como cuando nos cargó la policía por robar en la Pulga Mitras. Ni pedo, así son estas cosas de la vida, mi buen. Y no mames, ves una foto y ves también todos los recuerdos en tu mente, pinche nostalgia, pinche melancolía. Quién dijera que se iba a volver modelo, digo, tenía todo, curvas, una cara bonita, la actitud obstinada y necia de quien ama el mundo de las pasarelas, la moda, el glamour, pero luego de conocerla, de saber cómo era y cuáles eran sus ondas, es decir, cómo pensaba y cómo era en su interior, pues estas sorpresas te dejan apendejado. Mi mejor amiga, desde la época de la prepa, que fue cuando la conocí, a huevo que sí. Quién iba a decir que terminaría semidesnuda ante las cámaras fotográficas, enseñando la débil superficialidad de la gente, ante el miserable egoísmo de las fotos, que nomás retratan momentos felices, lo cual siempre me ha emputado. Ya lo has de saber, fotos con la abuela sonriente, fotos con los amigos pedos, fotos con la hipócrita familia en la hipócrita carne asada de los hipócritas domingos. ¿Apoco no estaría de huevos ver fotos de la gente llorando y gimiendo con una fuerza y un delirio que les haga explotar las venas del cuello y la frente? Me gustaría, más bien me encantaría, ver las fotos de esta modelito, tan sonriente, exuberante y fina, pero como la vi mil veces antes, babeando espuma por tanta droga, haciendo angelitos mal acostada en la cama, cuando creía que el mundo se acababa con la mariguana, brindando con una botella de Indio y luego bebiéndole a lo pendejo, dejando escapar hilos e hilos de cheve por las comisuras de los labios hasta que se le perdían primero por los vaivenes de su cuello y finalmente por las costuras del sostén. Me acuerdo que todos los fines de semana era lo mismo, un variado y frenético tour por los antros más desquiciados de la ciudad, siempre dando moches para entrar, pues éramos unos mocosos menores de edad. Y así todas las noches, hasta que terminábamos exhaustos, con los sentidos muertos, ahogados entre tanto revoltijo de alcohol y otras pendejadas eventuales. Justo en la época que mejor la pasábamos me vine a vivir al D.F y ya no nos hemos vuelto a ver. Si acaso, hace como un año me mandó un correo electrónico, me dijo que andaba calándose en lo del modelaje y que pensaba que le podría ir bien. Ahora me doy cuenta. No sé qué tanto se la haya pelado para llegar a donde está, no sé si haya tenido que revolcarse con gringos o con burgueses dueños de agencias de modelos. ¿Tú que crees? No sé, pero nunca fue su estilo, coger por coger, como que no era lo de ella. Podría entrarle a todo lo que quisieras, a todo lo que la tentaras, desde vicios desordenados hasta secuestrarle su french-poodle a una viejita ciega y sin qué comer, incluso varias veces asaltábamos turistas extranjeros en el centro, turistas que nada debían ni nada temían, simplemente con mala suerte. Un chingo de veces, pedos, drogados, cansados, dormimos en su cama o en la mía, pero nunca nos tocamos ni cogimos. Nomás éramos amigos.

Correo copiado y pegado textualmente de la bandeja de entrada de gi_84@hotmail.com. Mensaje recibido el día domingo 24 de septiembre de 2006 a las 08:50:25 p.m. de bored_8140@gmail.com

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