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El avión, en su exterior, estaba mojado. Lo abordé, tomé asiento y, justo cuando aceleró para despegar, justo cuando la ciudad de México quedaba atrás y el regreso a casa era ineludible, las gotas de agua que estaban por fuera de la ventana comenzaron a ser deslizadas por la fuerza del aire, parecían lágrimas transparentes, ligeras, agonizantes, pero no quise darle importancia. Contemplé, minutos después, el paisaje que se avistaba desde la ventanilla, con el típico hueco en el pecho que se forma cuando una ciudad gigante se empequeñece, se aleja, se pierde.
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Santa Fe que te acoge con frío y lluvia. Dos auriazules que gritan “gol” en un bar vacío. Un chilango nativo, un chilango adoptado, un regio que se empecina en no ser chilango. Unos tacos “La Frontera”. “Soy pobre” sonando al tiempo que por la ventana del auto se pierde la Roma y la Condesa. Un Pointer proyectado a 160 sobre Vasco de Quiroga. Una veintena de ambientalistas maricones bailando de trenecito en el sky del Vesta. Treinta jingles recordados en tiempo récord. Una despedida fugaz e insípida. Los cianóticos recuerdos que caen y se agolpan como la nieve en una avalancha.
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Todos los viajes, ya sea para bien, ya sea para mal, nos transforman. Hace ocho días regresaba de filmar mi segundo comercial para televisión. Resulta que el D.F., y sobre todo Santa Fe, no son como uno los imagina desde un principio, son aún mejor. El caso es que volví sintiéndome un poco más miserable, un poco más soñoliento, un poco más enamoradizo de lo que regularmente me siento. Reencuentros y revelaciones, fiestas y edificios, soles y lloviznas, “luces”, “cámaras”, “acciones”, fueron el condimento del viaje, gracias al cual pude ver a quienes hace mucho no veía y conocí a quien probablemente nunca hubiera conocido.
El avión, en su exterior, estaba mojado. Lo abordé, tomé asiento y, justo cuando aceleró para despegar, justo cuando la ciudad de México quedaba atrás y el regreso a casa era ineludible, las gotas de agua que estaban por fuera de la ventana comenzaron a ser deslizadas por la fuerza del aire, parecían lágrimas transparentes, ligeras, agonizantes, pero no quise darle importancia. Contemplé, minutos después, el paisaje que se avistaba desde la ventanilla, con el típico hueco en el pecho que se forma cuando una ciudad gigante se empequeñece, se aleja, se pierde.
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Santa Fe que te acoge con frío y lluvia. Dos auriazules que gritan “gol” en un bar vacío. Un chilango nativo, un chilango adoptado, un regio que se empecina en no ser chilango. Unos tacos “La Frontera”. “Soy pobre” sonando al tiempo que por la ventana del auto se pierde la Roma y la Condesa. Un Pointer proyectado a 160 sobre Vasco de Quiroga. Una veintena de ambientalistas maricones bailando de trenecito en el sky del Vesta. Treinta jingles recordados en tiempo récord. Una despedida fugaz e insípida. Los cianóticos recuerdos que caen y se agolpan como la nieve en una avalancha.
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Todos los viajes, ya sea para bien, ya sea para mal, nos transforman. Hace ocho días regresaba de filmar mi segundo comercial para televisión. Resulta que el D.F., y sobre todo Santa Fe, no son como uno los imagina desde un principio, son aún mejor. El caso es que volví sintiéndome un poco más miserable, un poco más soñoliento, un poco más enamoradizo de lo que regularmente me siento. Reencuentros y revelaciones, fiestas y edificios, soles y lloviznas, “luces”, “cámaras”, “acciones”, fueron el condimento del viaje, gracias al cual pude ver a quienes hace mucho no veía y conocí a quien probablemente nunca hubiera conocido.
Esta memoria pudo también llamarse:
-Así pasa la gloria del mundo
-I love Santa Fe
-De aquí al D.F. en un avioncito de papel
6 comentarios:
ESE NOSTÁLGICO VIAJERO
YA TENÍA RATO DE NO PASAR POR ESTE RINCÓN
ME ESTOY PONIENDO AL DÍA CON LO QUE SE ME HA PASADO.
SOBRES LOKO QUE ESTES BIEN
SEGUÍS EN LA MIRA!
SEE YA IRIE!!
me gusta este texto. es bonito ver cómo la ciudad enorme se pierde desde el avión. saludos desde el río de la plata, y felicidades por tu escritura que avanza a pasos agigantados.
ah, sí, y si no lo has hecho, visita http://55sur.blogspot.com
Que tal
Por medio de este escrito, te anuncio ya estas aceptado en Blogueratura.com
Sigue escribiendo; para cualquier duda puedes contactarme vía el correo electrónico especiales@blogueratura.com y en el subject escribe BLOGUERATURA
Bienvenido
que gusto reafirmar que no me equivoco al recomendar buenas paginas y buenos cuates
un gusto trabajar contigo carnal
Atte Bicho
+ me da gueva poner la clave de mi blog ;)
Me gusta esa parte del viaje en el que despego porque estoy huyendo de lo que ya me fastidió y comienzo a marcar una nueva ruta.
El despegue de regreso a casa es triste porque generalmente no deseo volver de aquello de lo que renegué antes.
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