Me he dado cuenta que revisar las entradas anteriores de este blog representa una equivalencia, obviamente en el sentido tanto virtual como literario, al hecho de hojear un álbum de fotografías. Leer escritos de hace casi cinco años y comentarios de meses atrás, me lleva, inevitablemente, a un estado de nostalgia y ensoñación similar al que me producen las fotos, todas las fotos. Entre más retrocedo, entre más navego, ya sea marcha atrás, es decir, de mariposa, o de una manera arbitraria, es decir, de muertito, más me adentro en un pasado que ya fue y un pasado que no volverá a ser. Entonces, indefectiblemente, comienzo a pensar en una de las teorías que tengo desde hace mucho tiempo, y que consiste en creer en la melancólica satisfacción de que, en un no tan lejano futuro, el presente que vivimos siempre servirá como un nostálgico pasado para recordar. Eso significa que todos tenemos ya algo asegurado para el futuro, por mínimo que sea.
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