8.3.06

Tiempo

Ella jugaba con el ayer diciéndole a su amante que le amaría mañana, pero como la voluntad fue siempre insuficiente frente al tiempo y al sentir, se consolaba imaginando la conjugación, siempre en pretérito, de sus vidas, lo cual le satisfacía temporalmente pero le creaba luego un remordimiento incontenible, hasta que un día cualquiera, quizá un miércoles o un ocho de marzo o un día internacional de la mujer, encontró, torturado y escondido bajo la cama, el baúl de los recuerdos, donde, tranquila y silenciosa, aguarda a que el pasado sea presente y a que el futuro deje de existir.

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