Me gustan las chicas que no usan maquillaje, las que no se amarran las agujetas, las que van al hospital a donar sangre, las que escupen el chicle en la calle cuando el chicle ya no tiene sabor, las que se burlan cuando alguien se cae, las que saben guardar secretos, las que maldicen al árbitro cuando el árbitro se equivoca, las que tienen cejas tristes y las que tienen cejas que hacen que los ojos parezcan tristes, las que se dejan crecer el cabello, las que se peinan y parecen que están despeinadas, las que viendo tele se quedan dormidas, las que dicen que no saben dibujar pero dibujan increíble, las que tienen venas que se les notan en los brazos, en las sienes y en el cuello, las que tienen un diario que jamás mostrarán a nadie, las que leen, las que piensan, las que dicen lo que piensan, las que cantan en la ducha, las que hablan solas, las que sonríen solas y las que sonríen acompañadas, las que saben karate, las que tienen ojeras que son suyas y no son de nadie más, las que pueden hacer tres o más cosas al mismo tiempo, las que cuando caminan abandonan la vista en el horizonte, las que hablan de lo que les sucede, las que escuchan lo que a otros les sucede, las que tienen buena memoria, las que cantan en Do, en Mi o en La, quelle che parlano italiano, las que tocan la guitarra, las que tienen manos pequeñas, las que tienen ojos grandes, las que cuando leen imaginan lo que van leyendo, y, sobre todo, me gustan las chicas que cuando sonríen, sonríen como si nada fuera a pasar, como si nada pasara o como si nada hubiera pasado.
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1 comentario:
Brillante y sensato.
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